Empieza en el sendero que bordéa el Lozoya desde la propia presa del Pontón de la Oliva, un sendero muy técnico que aunque parece que empieza imposible durante 50-100 metros, inmediatamente se hace ciclable, con uno o dos rocas sueltas despues que si nos harán bajarnos. La zona es absolutamente imprescindible y es mejor hacerla muy, muy temprano ya que aquí el caminante tiene preferencia y la bicicleta es un intruso. Aconsejaré deternos y bajarnos o al menos hacer movimiento de bajarnos en caso de curzarnos con gente para evitar que un dia estos sitios estén prohibidos. Llegamos a la pista baja junto al Lozoya, pero seguiremos por ella muy pocos metros y subiremos de inmediato al Cancho de la Cabeza, subida de 420 metros perfecta para escaladores. Hay dos modos de empezarla, el track sube por la pista hacia el Cerro de la Oliva (track tradicional) y abandona por un tramo que puede estar sembrado en 50 metros a la pista del Cancho de la Cabeza También se puede hacer un poco más de pista abajo junto al rio Lozoya (tramo que siempre merece la pena por lo bonito) y luego subir por el antiguo sendero donde antaño hubo colmenas, ya retiradas y ancheado el sendero para ser transitable por vehiculos anchos. En el punto más alto de la pista al Cancho nos cruzamos con el Genaro que viene de las trialeras hacia Patones y lo tomamos en bajada directos al antiguo poblado del Atazar (semiabandonado). Seguimos por el Genaro que está hacia la derecha nada más cruzar la carretera M-134 (no es preciso entrar al poblado), aunque hay un atajo desde las casas que nos salvaría un primer desnivel con rocas no ciclable. Este inicio del Genaro es no ciclabe. La bajada del Genaro desde el Poblado del Atazar hacia la presa de la Parra es Genaro puro: Una serie de trampas y acertijos de pizarra cortante, muy dificil pero en la que no habrá problema en desmontar por las magníficas vistas que tiene. Bajamos hasta la pista de rio y hacia la presa de la Parra y subimos por la subida tradicional hacia Alpedrete de la Sierra, de nuevo una subida ancha, fácil y muy conocida. Una vez arriba seguimos hacia el Norte hasta el Collado Santo para poder bajar por el sendero (del arroyo) Reduvía, tramo sinuoso y trialero pero sin dificultades especiales. Cruzamos por Alpedrete de la Sierra (en veranos sus fuentes son increiblemente bienvenidas) e iniciamos la archiconocida pista semiasfaltada al Pontón de la Oliva. Sin embargo al poco de salir de Alpedrete nos desviaremos por una pista que sube en linea recta a la loma de Guadarrama (porque así se llama este monte). En la misma cima (ojo aquí porque hay zonas arcillosas que con agua pueden dejar de ser triviales) nos desviamos hacia las imponentes Cárcavas rojizas que miran desde lo alto de la presa. Parada y fotos obligadas en las cárcavas, de las que hay dos modos de bajar. El rápido es muy, muy trialero y conecta bajando al oeste en linea recta con la GR10, pero nosotros tomamos la bajada hacia el Sur que nos baja al Valle del Jarama por un largo sendero de magníficas vistas. Una vez abajo donde se cruzan los arroyos es inmediato llegar al inicio de la ruta (de nuevo ojo a un par de trampas de barro en caso de lluvia).