La Comunidad de Madrid, a pesar de albergar en su reducido territorio más de cinco millones de habitantes, conserva espacios naturales milagrosamente intactos y que deben ser conservados a toda costa. Éste es el caso del trazado de la Cañada Real Segoviana, una de las principales rutas de la trashumancia ibérica que atraviesa en una perfecta diagonal noroeste-sureste todo el falnco septentrional de la Comunidad. La ruta imita a los antiguos rebaños de ovejas que por estos caminos descendían en busca del amable invierno extremeño. Carreteras, vertederos, urbanizaciones o pantanos han borrado parte del camino original, sin embargo, también podremos disfrutar de unas vistas panorámicas difíciles de encontrar en otras rutas.