DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 08:31
HORA DE LLEGADA: 13:38
TIEMPO DE PEDALEO: 04:26
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 05:7
DISTANCIA RECORRIDA: 48.0 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 25.0 ºC ( mín.: 21.0 ºC máx.: 32.0 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual
OBSERVACIONES: Rutita guapa, dura y larga. Los asistentes, en éxtasis ciclista, no paraban de venerar al dios Boss al grito de Víctor cabrón, o algo así.
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ASISTENTES: (10)
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caídas en la ruta: (1)
pinchazos en la ruta: (0)
averías en la ruta: (0)
Come y bebe mucho y, sobre todo, pasa(el)pán si no quieres que se te atragante la subida al puerto del mismo nombre
Como la ruta de hoy empieza lejos -hay que ver que manía de ponerlas en el culo del mundo y a las 8:15 de la mañana- a las 6 suena el despertador y, no sin dificultad, me desperezo y al lío. La ruta, según comentaba Emilio en el blog, y por el IBP que amablemente nos ha puesto en la web el alcalde, se presenta francamente dura y larga. La idea es salir de Valsaín y rodear La Mujer Muerta pasando por los puertos de Pasapán y La Fuenfría.
Me permito recordaros que La Mujer Muerta es un conjunto de montes formado por La Pinareja, Peña el Oso y Pico de Pasapán, que visto desde la llanura segoviana toma la aparente forma de una mujer muerta, cubierta por un velo y con los brazos entrecruzados.
La cima de La Pinareja corresponde a la frente de la mujer tumbada, la cima de Peña el Oso corresponde a las manos que tiene cruzadas sobre su vientre, el Pico de Pasapán corresponde a las rodillas, el pico Majada Pielera junto con el Cerro Carmocho corresponden con la parte baja de los pies.
Existen un sinfín de leyendas sobre su origen. Muchas coinciden en que es el resultado de la transformación que experimentó el cuerpo de una doncella que murió del mal de amores cuando su caballero partió para la guerra, olvidando cumplir la promesa de volver junto a ella.
Una leyenda con tonos pastoriles relata el amor de la bella hija de un granjero y un pastor de las cercanías. Este al creer ver en otro pastor un posible rival, ciego de ira y celos lo mató, y acabó al mismo tiempo con el objeto de sus deseos. Pocos días después, en medio de una terrible tormenta la Tierra tembló y apareció como por ensalmo esa gran mole rocosa, que recibió ese nombre.
Otra leyenda, más guerrera y menos romántica relata las luchas por la jefatura que llevaron a cabo dos hermanos, hijos del recientemente fallecido jefe de una tribu que vivía en la entonces extensa planicie. La madre de ambos, que no quería ver aquella lucha fratricida, ofreció su vida a los dioses a cambio de la paz para sus hijos y así se cumplió. Tras una gran tormenta, apareció el cuerpo de la madre en forma de gran montaña, imagen que los hijos reconocieron e inmediatamente pararon la lucha.
Por último, una cuarta leyenda indica que, en tiempos remotos, dos caballeros se disputaron el amor de la misma mujer y comenzaron una lucha a muerte; la mujer, intentando separarlos, se interpuso entre ellos mientras luchaban y fue atravesada por las espadas de los dos pretendientes. Tras su muerte, durante la noche se desencadenó una terrible tormenta que modeló los montes cercanos con agua y viento para formar la figura de la mujer asesinada.
Inmerso en estos profundos pensamientos, casi sin darme cuenta, llegué al punto de encuentro en Valsaín y oí la famosa frase “te toca la crónica” que me despertó “ipso-facto”. No me lo esperaba, pero, la temporada veraniega y las deseadas vacaciones han hecho que falten muchos de los habituales y, por tanto, que la lista de cronistas dé un salto importante.
10 avezados ciclomontañístas comenzamos -como no- subiendo por la Pista Forestal de la Fuente de la Reina que, en sus primeros kilómetros y hasta que la abandonamos en la Cruz de la Gallega, tiene unas rampas de aúpa. Desde este punto, en un rápido descenso, en el que se produce en primer y único incidente del día, picadura de avispa a este cronista, llegaremos a las inmediaciones del embalse de Puente Alta donde cogeremos la cañada real soriana occidental hasta el cruce con el GR-88 junto al Arroyo Podrido.
Aqui comienza el ascenso más duro y largo del día, primero por una interminable e insufrible pista llena de arena que socaba nuestras fuerzas, tanto físicas como psíquicas, luego por el susodicho GR-88 y, por último por el Cordel de Matazarzal que nos llevará al Puerto de Pasapán no sin antes atragantarse a algunos que, o bien no habían comido y bebido suficiente, o bien no pasan(el)pán correctamente.
Mientras reponemos fuerzas, Víctor nos recuerda que, el 4 de diciembre de 1958, un avión ‘Languedoc’ de la desaparecida línea aérea Aviaco que partió del aeródromo de Vigo con destino a Madrid se estrelló. Murieron los 21 ocupantes. Cuentan los cronistas de la época que, tras dos días de intensa búsqueda sin ningún resultado, Luciano Otero, un pastor de la sierra de Guadarrama, encontró los restos del aparato totalmente calcinados, rodeado de restos de todo tipo, entre los que se encontraban multitud de cajas de gambas y vieiras y, junto a los mismos, recostado en una peña, el cuerpo sin vida de la joven azafata Maribel Sastre que debió arrastrarse hasta allí tras el accidente y morir congelada, un suceso que conmovió a España.
El accidente del avión ocurrió quizá porque el Languedoc EC-ANR de Aviaco -al que los pilotos habían rebautizado como "no rulo"- no estaba preparado para soportar heladas y aquella noche las condiciones meteorológicas eran especialmente adversas. Tanto era así que el piloto había colgado una nota avisando a los pasajeros que el vuelo no iba a ser fácil y que podían "elegir" si subían o no al aparato.
A 40 kilómetros de Madrid, el avión, con la radio averiada, no consiguió superar la sierra y se estrelló con la ladera del pico Pasapán, "la rodilla" de lo que se conoce como "La Mujer Muerta".
Una vez informados de tan luctuosos hechos y satisfechas nuestras necesidades primarias, iniciamos el descenso hacia el Río Moros por La Cañada Real Leonesa o de Pasapán. Descenso muy bonito y tranquilo que en su último tramo se convierte en una pedrera muy suelta e inclinada que solo los más valientes se atrevieron a hacer sobre la bici.
Tras bordear el embalse del Espinar o Vado de las Cabras cogemos la pista del Río Moros barruntando que todavía nos queda la fuerte y temible subida al Collado de Marichiva que, como era de esperar, hizo honor a su fama y nos obligó a patear más de lo deseable.
El Collado de Marichiva, la Fuente del Infante, el Puerto de la Fuenfría, y el excitante descenso por la Calzada Romana nos llevó a la Fuente de la Reina en cuyas cercanías, y tras una brevísima parada, el grupo se divide en dos. Unos, al olor de las cervezas y con la excusa de la hora, bajarán por la pista, los otros, entre los que se encontraba el cronista, bajaremos por el sendero paralelo al Río de la Acebeda.
El sendero que es largo, divertido, intenso y, en algunos tramos, algo técnico, deja una magnifico sabor de boca a pesar de que, cuando acaba, es necesario remontar un largo trecho por el Camino de Cabezagatos que, a estas alturas de ruta y con los kilómetros y desnivel acumulado, sienta a cuerno quemado.
Poco más que contar salvo que llegamos a las 14:00 a Valsaín, donde nos esperaban Víctor, Javier y Lorenzo. Tercer tiempo y, algunos, a casa pitando que se hace muy tarde.
En definitiva, preciosa y dura ruta que tiene de todo, incluso un sendero de los que hacen afición, en compañía inmejorable.
(escrito por Ignacio Ibarrola)
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