DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 09:05
HORA DE LLEGADA: 13:15
TIEMPO DE PEDALEO: 02:36
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 04:10
DISTANCIA RECORRIDA: 41.6 Kms.
SENTIDO DE REALIZACIÓN:
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ASISTENTES: (12)
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caídas en la ruta: (1)
pinchazos en la ruta: (1)
averías en la ruta: (1)
Domingo 30 de Julio de 2017. Acudo al punto de encuentro habitual donde los riders se dan cita cada domingo para la práctica del MTB, sin mucha esperanza de que haya una gran afluencia, van apareciendo hasta superar la decena. No está mal para las fechas en las que nos movemos, la noche confunde a los riders…. Comenzamos ruta en dirección Navalperal, siguiendo al guía Molón, por el camino de arriba.
Es una mañana agradable en la que impera el buen ritmo y todo hace presagiar que no tendremos incidentes… Superamos Navelparalandia y camino de la Cañada, en un alarde de poderío y fuerza descomunal el señor Doctor aprieta tanto en una subida que rompe con un enorme chasquido “EL NÚCLEO” de la rueda trasera de su flamante montura, hasta tal punto que esta se queda en punto muerto y nos toca remolcarle hasta la Cañada, donde las asistencias tienen que venir a buscarle por ser imposible proseguir ruta. En la confusión del momento Jose Luís intenta subir su bicicleta también al remolque y marcharse el solo dejando a Doctor y su mujer tirados, pero los riders que nos lo estábamos oliendo, estamos atentos y malogramos su plan en el último instante.
Seguimos ruta buscando la famosa cuesta “MataCabrones” y en una de esas pistas rápidas, Molón y Tío Jose tienen un pique a altas velocidades que acaba con los huesos de uno de ellos en el suelo. Revolcón, rozón en la rodilla y a levantarse que es lo que toca... Si es que vais como locos… Proseguimos y ya si, nos tiramos Matacabrones’pa’abajo como si no hubiera un mañana, inconscientes del peligro que tienen los caminos al estar tan suelto el firme. Una vez llegamos abajo parada para esperar a los más rezagados que empiezan a tardar demasiado… se masca la tragedia. Nuevo incidente de Tío Jose que hoy no es su día, reventón de rueda trasera que la deja para el arrastre. “Esa la arreglo yo con loctite” dice, creyéndose Kristian Pielhoff en un nuevo capítulo de bricomanía. ¡¡¡Pero si la has hecho una raja de 5 cm...!!!
Después de la parada de casi media hora, decidimos subir hacia el pueblo, veredita para arriba y llegamos a la pista, donde los 35º centígrados de calor hacen mella en algún rider al que le costará más de lo habitual llegar al pueblo. Despacito como dice la canción llegamos a Navalperal, tiramos por el camino de abajo momento que aprovecho que los galgos andan un poco despistados para lanzar un hachazo descomunal, al que solamente Tío Jose, que entra a todas, me hace volver a la realidad poniendo las cosas en su sitio. Llegada al pueblo con intento de KOM incluido de las tropas. No quisiera terminar mi crónica sin hacer una mención especial a ese grito de guerra que está empezando a ser habitual: “¡¡¡ESPERAME ASQUEROSO!!!”.
Parada en boxes para repostar, jarritas de lúpulo, torrezno y para casa. Un placer como siempre señores.
(escrito por Armando Esteban)
