DATOS DE LA RUTA

HORA DE SALIDA: 08:59
HORA DE LLEGADA: 12:49
TIEMPO DE PEDALEO: 03:08
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 03:50
DISTANCIA RECORRIDA: 30.3 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 12.2 ºC ( mín.: 4.4 ºC máx.: 16.2 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual

OBSERVACIONES: Ruta de poco kilometraje pero muy intensa, con varias rampas en ascenso por encima del 20% de desnivel.

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VIDEOS DE LA RUTA: (1)

ASISTENTES: (7)

David Verdes Fredy Ignacio Ibarrola Javi Ignacio Miguel Sánchez Nico Hojadelata Víctor

caídas en la ruta: (0)

pinchazos en la ruta: (0)

averías en la ruta: (0)

De Moralzarzal al Mortarolo

Con una temperatura relativamente baja, pero con el cielo despejado que auguraba un magnífico día para pedalear, nos dimos cita en Moralzarzal 7 ciclomontañistas para afrontar esta ruta que nos llevará a ascender hasta el embalse de La Maliciosa, ascenso conocido coloquialmente por El Mortirolo.

Se echó de menos a varios de los habituales que, por distintas circunstancias, algunas lúdicas y otras menos agradables, no pudieron asistir. Adolfo, recupérate rápidamente y vuelve al redil pronto, que este grupo no es el mismo sin tu presencia.

Puntualmente, a las 9:00, partimos de Moralzarzal en dirección norte para hacer la primera parte de la ruta, que más que una ruta MTB parece un circuito turístico por las urbanizaciones y pueblos de la sierra.  Así, entre calles, pistas con poco interés y algún trocito de carretera llegamos, no sin antes haber renunciado a pasar por un túnel bajo la carretera de Navacerrada que estaba totalmente inundado, a la subida conocida como El Mortirolo por sus rampas infernales semejantes al famoso puerto italiano.

Hay dos teorías sobre el origen del nombre Mortirolo:

1. La leyenda que cuenta que deriva de una sangrienta batalla que tuvo lugar allí arriba en el año 773 d.C., cuando Carlomagno se enfrentó a las tropas lombardas que ya habían regresado de la derrota de Pavía. El ejército carolingio los persiguió y, tras encontrarlos cerca del paso, los derrotó, dejando cientos de muertos en el suelo. De ahí “Mortarolo”, que con el paso de los siglos se ha convertido en “Mortirolo”.

2. Y la científica, que es que el topónimo proviene probablemente de las palabras “mortèra” o “mortarium”, que describirían la presencia de un estanque o la forma cóncava de la parte superior del paso.

Ambas son perfectamente aplicables a nuestro particular Mortirolo, porque, yo al menos, vi a lo largo de toda la subida cientos de cadáveres de los incautos ciclistas que han sucumbido a sus rampas y, en lo alto, nos encontramos el embalse de La Maliciosa emulando al estanque del original.

No me extenderé en describir esta subida, creo que es mejor que los interesados en la misma la hagan y juzguen por si mismos las maravillosas sensaciones que produce.

Una vez arriba nos hicimos, más bien nos hicieron, la foto de grupo, gentileza de unas amables senderistas que, ante la insistencia de alguno, también posaron para otra con nosotros. Me gustaría saber que pensaron esas 6 o 7 jovenzuelas sobre ese grupo de viejos carcamales que parecía querían ligar.

Posteriormente, una rápida y pistera bajada nos dejó en los aledaños del pueblo de Navacerrada donde tomamos el conocido sendero que nos lleva a la vereda del Hilo, que, por fin, aunque corto, aportó algo de diversión.

Cruzamos la carretera y, por pista, nos acercamos a la torre de vigilancia contraincendios del Cerro de las Cabezas. Por supuesto, y como no podía ser de otra forma, el ascenso a la misma consta de dos rampas infernales que creo sólo hizo montado el chispas del grupo. Eso sí, las vistas 360° desde allí son impresionantes.

Nada más bajar de la torre, en el collado de Las Cabezas, encontramos el segundo sendero del día que nos llevará hasta las inmediaciones de Becerril. Largo y muy pedrero hizo las delicias de los más descerebrados, mientras los sensatos pateaban varios tramos, y los miedosos se lo hacían prácticamente entero andando.

Tras el disfrute víno nuevamente la monotonía, es decir, pistas sin gran interés y un peligroso cruce de carretera, hasta llegar a las laderas de Matarrubia, cerca de Moralzarzal.

Tras una pequeña discusión sobre cómo seguir la ruta dado que había caza y no paraban oírse disparos decidimos, a regañadientes en mi caso, continuar por el track previsto.

Una consecución de pistas y divertidos senderos (tengo que reconocer que, al final, pasé del enfurruñamiento a la sonrisa, por dentro, no vaya a darse cuenta el alcalde, en los primeros metros de los senderos) nos llevaron entre el sonido de los tiros a Moralzarzal, fin de ruta e inicio de una agradable cerveza en nuestra base de operaciones moralzarzaleño Casa Mariano.

(escrito por Ignacio Ibarrola)