DATOS DE LA RUTA
HORA DE SALIDA: 08:55
HORA DE LLEGADA: 14:15
TIEMPO DE PEDALEO: 04:21
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 05:20
DISTANCIA RECORRIDA: 51.7 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 9.9 ºC ( mín.: 0.6 ºC máx.: 18.0 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual
OBSERVACIONES: Ruta pasada por barro. Caída de José Luis en Mordor caminando. Un crack. Caída de Fredy al río, crruzando el río Aulencia en el Canal de Picadas.
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ASISTENTES: (23)
caídas en la ruta: (2)
pinchazos en la ruta: (0)
averías en la ruta: (0)
Como lo vi. ¿Como lo visteis?
Hoy el punto de encuentro era cercano, en Pozuelo, cerca de un centro hiper comercial. Por ello la hora de inicio permitía remolonear un poco más de lo normal y disfrutar del calorcito parental unos pocos minutos de más. El despertador sonaba un poco más tarde que en otras jornadas.
Abstraído en mis pensamientos de camino al punto de encuentro, un claxon me situó de nuevo en la carretera. Eran los bikers del Club de Campo, en su procesionaria habitual, circulando raudos de la mano de nuestro guía mentor rutero. Así lo vi yo. Y tú, Victor?
Allí nos concentramos los 14 bikers registrados en el blog, uno en espíritu en ese punto y no concurriendo presencialmente en ese momento. La presencia de otros tres “bikersbecarios” sin registrar su asistencia en la web por no tener acceso, temporalmente, al blog, completaban el grupo de arranque. Así lo vi yo. Y tú, Roberto?
Una puntualidad exquisita a pesar de juntarnos físicamente en el punto de inicio un total de 16 bikers que permitió, incluso, salir con unos minutos de antelación sobre la hora de arranque, lo que despistó a alguno que se había entretenido en la planificación de otra ruta futura a un parque natural. Así lo vi yo. Y tú, Ramón?
A los pocos metros de rodar por el Monte de El Pilar se nos incorporó otro grupo de bikers, residentes en las proximidades y liderados por el espiritu registrado ahora en estado físico. Así lo ví yo. Y tú, Hojadelata?. Algunos de ellos ya conocidos por nosotros y otros jamás antes vistos pero que por su circunstancial asistencia a esta ruta no fueron inmortalizados en nuestra web por el más que activo reportero gráfico y registrador oficial del grupo. Así lo vi yo. Y tú, Adolfo?
El rodaje por las pistas de este monte fue entretenido, sorteando charcos y barro a buena velocidad. Después, vendría un tramo de carril bici y un pequeño rodaje por una avenida atravesando Majadahonda, donde al parecer por sabe Dios qué razones no se había seguido de manera estricta el track oficial. Así lo vi yo. Y tú, Ibarrola?
Ello daría pie a algún pequeño malestar, máxime cuando el grupo de 23 se fracciono en dos bloques, uno para seguir el track oficial y otro, debido a su mejor conocimiento de la zona, rodar por un trazado prácticamente paralelo por monte. Ya casi al final de esa Avda. de Miguel Hernández, nos volveríamos a juntar todos para atravesando una zona de monte bajo (La Grajera), cruzando bajo un puente la M50 y bordeando el arroyo del arenal avanzaríamos por una pista en ascenso continuo dejando a un lado Villanueva del Pardillo. Y vaya pista¡¡ Y vaya ascenso¡ constante, pedregoso, con un hilo de agua corriendo y simulando un riachuelo, imprimía algo de dureza a la ruta, y empezaban las preguntas. Las vistas desde aquí son espectaculares pero, cuantos cuestones más tenemos? Menudo pardillo el interrogador. Así lo vi yo. Y tú, Cesar?
Al finalizar ese subidón, tendríamos la oportunidad de un pequeño respiro, reponer fuerzas con nuestras viandas y los exquisitos mazapanes toledanos que generosamente se nos repartieron. Así lo vi yo. Y tú, David? Ese momento también fue aprovechado para la foto de grupo global, rodeando una mole de piedra donde una pintada reflejaba el esfuerzo de un biker en la montaña, y que alguno de los nuestros tuvo a bien animarle acariciándole la testa . Así lo vi yo. Y tú, Alejandro?
Unos metros más adelante, en el cruce con el Camino de la Colada a la Venta de San Antonio, el comando incorporado en el Monte de El Pilar se despediría para evitar el que sería el tramo más angosto, difícil, arriesgado y exigente de la ruta, el cañón del Aulencia, conocido popularmente como Mordor . Este sendero de una riqueza arbórea espectacular y de gozo extremo para los que dominan la técnica del mtb pero que no asistieron hoy, al menos de manera coincidente con nosotros, nos obligó a ir desmontando a cada poco, lo cual dificultaba las labores de video reportaje. Así lo vi yo. Y tú, Miguelon?
El tramo final de subida de este cañón, de dureza extrema, y donde todos recordábamos en mayor o menor medida el susto que, Adolfo, en otra ocasión nos dio con su rodaje cuesta abajo hacia el rio, pasaría factura, y fuerte, a alguno por verse obligado a empujar su e-montura de más de 20 kgs. Así lo vi yo. Y tú, José Luis?
Este sendero nos había retrasado tanto que hizo que un par de expedicionarios imprimieran la máxima velocidad a sus monturas, una pulmonar y otra asistida de alto voltaje, con el ánimo de ir avanzado y localizar en el punto de fin de ruta un lugar adecuado para el disfrute de nuestro tercer tiempo, pero su esfuerzo quedo baldío. Así lo vi yo. Y tú, Waka?
A este tramo de pedaleo adverso seguiría un sendero sinuoso y divertido bordeando el rio, caudaloso en estos días gracias a las fuertes lluvias pasadas y que pudimos atravesar, en un primer momento, gracias a un paso elevado cerca del Camino Colada de Cabeza Aguda, pero que nos sorprendería con un vadeo mayor un par de kilómetros después. Y bien digo que nos sorprendería porque después de un rápido rodaje en estos metros, al llegar nuevamente al rio la decisión firme de vadear este por parte de alguno fue tal que tras un trombo en vertical descendente hacia delante hizo ecobikesubmarin de manera elegante y con señorío. Asi lo vi yo. Y tú, Fredy?
El dilema estaba servido: ¿Cómo habrían hecho los dos de avanzadilla?¿De qué manera sorteábamos esta dificultad acuífera? La mayoría optó por saltar unos portalones del Canal YII, puestos con bastante mala leche y con una dificultad significativa no solo para pasar las bicis, y por supuesto las ebikes, sino también nosotros mismos, que con poca elasticidad y posiciones en la cima de la puerta notoriamente comprometidas se presionaban de tal modo las partes pudendas que por momentos aflautaban el timbre de voz. Así lo vi yo. Y tú, JavIgnacio?
Claro está, la mayoría no son todos, y así hubo un par de atrevidos que buscaron la alternativa acuática, llevando la mojadura hasta la altura de las rodillas. Uno obligado por la delicada situación de su osamenta pernil que le impedía hacer exigentes filigranas en lo alto de las citadas puertas y otro por un elevado sentimiento de compañerismo que le ennoblece. Así lo vi yo. Y tú, Juan Pablo?
Salvado este escollo, imprimimos velocidad hacia Villanueva del Pardillo, que esta vez dejaríamos a la mano contraria de la vez anterior de ida y con la inestimable aportación y atrevida sugerencia de cambio de track por parte de alguien, buen conocedor de estas lindes, evitaríamos atravesar la Urbanización de Villafranca del Castillo y sortear un camino cerrado por el Canal. Así lo vi yo. Y tú, Carlos?.
Desde aquí, un coser y cantar hasta llegar a Majadahonda, donde tuvimos algún que otro momento de deleite en nuestro ciclar por un tramo del anillo ciclista de esa localidad, para finalmente adentrarnos de nuevo en el Monte de El Pilar y, con mayor ritmo que al inicio de la jornada, atravesarlo y llegar a nuestro punto de inicio y fin de ruta.
Y aunque sea complicado tener el mismo punto de vista, así es como lo vi yo y espero que vosotros también.
Y os diré más: ¿Cómo nos ven y cómo nos vemos?
¿Cómo nos ven los amigos que tenemos fuera de este mundillo del mtb?
Creen que somos unos máquinas de rodar, locos apasionados del mountain bike, con una técnica increíble y un equipamiento del más alto nivel. Creen imposible alcanzar un nivel como el nuestro y por eso no vienen de ruta con nosotros.
¿Cómo nos ven nuestros familiares?
Piensan que para nosotros es como un juego de críos, que nos divertimos pedaleando como niños sin considerar ninguna otra motivación por la que practicar ciclismo de montaña.
¿Cómo nos ve la gente?
Con nuestras monturas, nuestra equipación, nuestra cara de determinación, piensan que somos verdaderos profesionales, personajes del mundo de la competición.
¿Cómo nos ven nuestras parejas?
De forma similar a nuestros familiares, pero con un punto de perspicacia, lo consideran un juego de niños, un deporte caro, caro, para el que ya no tenemos edad y consideran que nos creemos más jóvenes de lo que somos y que como nos accidentemos nos vamos a romper todos los huesos.
¿Cómo nos vemos nosotros mismos?
Como auténticos campeones del mtb, capaces de rodar y rodar, hasta durante días, por las rutas más complicadas y disfrutar de subidas, descensos y senderos de refinada técnica.
¿Y qué es lo que hacemos en realidad?
Salir a rodar con un grupo de más que compañeros, más que muy buena gente, hacer rutas de dificultad variopinta, y sobre todo, hablar tanto o más que pedalear, y disfrutar de buenos ratos, experiencias y anécdotas y por supuesto, un tercer tiempo de diversión garantizada.
(by Juan)
(escrito por Juan)
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