Los senderos del Eresma, el sendero de Valsaín a Fuente de la Reina, el Puerto de la Fuenfría y el Carril del Gallo 14-04-2024

Los senderos del Eresma, el sendero de Valsaín a Fuente de la Reina, el Puerto de la Fuenfría y el Carril del Gallo 14-04-2024

DATOS DE LA RUTA


HORA DE SALIDA: 08:35
HORA DE LLEGADA: 13:18
TIEMPO DE PEDALEO: 03:31
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 04:43
DISTANCIA RECORRIDA: 29.0 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 18.4 ºC ( mín.: 7.2 ºC máx.: 29.4 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual

OBSERVACIONES: Ruta habitual desde el Puente de La Cantina hasta Valsaín y el Puerto de la Fuenfría. Algunas salidas de track sin mucha pérdida. Caídas de Juan en el camino paralelo al Gallo por la pedrería presente. Avería de Agolfo por falta de enganche de su rueda trasera. Día con muy buena temperatura. Ibarrola acortó la ruta evitando subir a la Fuente de la Reina.

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ASISTENTES: (14)

 

caida
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Adolfo
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Carlos Gimeno
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César Rodríguez
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David Verdes
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Eduardo Soteras
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Ignacio Ibarrola
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Javi Ignacio
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José Luis González
caidacaida
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Juan
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Juan Pablo
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Miguel Sánchez
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Ramón
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Ricardo Lapetra
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Víctor

caídas en la ruta: (2)

pinchazos en la ruta: (0)

averías en la ruta: (1)

Bajo el sol que parecía jugar al escondite entre las hojas de los árboles, nos encontramos reunidos, catorce intrépidos ciclistas dispuestos a conquistar los montes de Valsain. Bueno, catorce y medio, si contamos al despistado que llegó con el horario de invierno en plena primavera. Claro, siempre hay uno que vive en su propio huso horario.

La jornada prometía ser épica, desde el Puente de La Cantina hasta Valsaín, con un pequeño desvío al Puerto de la Fuenfría. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que la naturaleza tenía un peculiar sentido del humor ese día. Los charcos y el barro se convirtieron en nuestros compañeros de viaje, como si nuestras bicicletas no estuvieran lo suficientemente sucias ya.

Entre quejas y lamentaciones sobre la cantidad de tramos que tuvimos que hacer a pie, nos adentramos en la ruta. Algunos, un servidor incluido, no podíamos evitar despotricar sobre la excesiva cantidad de ejercicio de piernas que estábamos haciendo. ¡Si queríamos caminar, habríamos venido de senderismo!

Pero cuando queda poco para la verdadera diversión, que es la bajada por el carril de gallo desde la Fuenfría, o al menos para la mayoría de nosotros, porque nuestro amigo Ignacio decidió que era hora de despedirse debido a "molestias" y "falta de sueño". Sí, ya se le veía mala cara en el inicio, y no porque no fuese guapo, ya que tiene mucho tirón por el parecido que le sacan a Calleja, jajajaja.

Entre paradas para recuperar el aliento, nos sumergimos en esas conversaciones cómicas sobre mecánica que inevitablemente terminan con uno rindiéndose y llevando la bicicleta al taller. ¡Quién diría que apretar un tornillo podría ser tan complicado!

Y cómo olvidar las emocionantes desviaciones de ruta, donde algunos se aventuraron por senderos menos transitados. Por supuesto, todo era diversión y risas hasta que Juan decidió hacer una interpretación libre del baile del suelo gracias a unas cuantas piedras sueltas.

Y qué decir de la "avería" de Adolfo, que más parecía sacada de una comedia que de una situación real. ¿El pasador de la rueda trasera suelto? Claro, como si alguien se lo hubiera quitado a propósito para añadir un poco de emoción al día.

Al final, entre risas y anécdotas para recordar, nos dimos cuenta de que incluso los contratiempos más absurdos pueden convertirse en los mejores recuerdos. Porque al final del día, lo que importa no es llegar primero, ni sin caídas, sino disfrutar del viaje y las risas que vienen con él.

Continuamos nuestro trayecto, atravesando bosques y campos, con la determinación de explorar cada rincón de esos montes. Las subidas parecían interminables, como si el camino se burlara de nosotros, pero cada cuesta tenía su recompensa: la emoción de la bajada.

Y hablando de emociones, nada superó la adrenalina de descender por el carril de gallo desde la Fuenfría, para los dos intrépidos que controlan de orientación. El viento en el rostro, las curvas desafiantes y las risas de pura alegría hicieron que cada pedalada valiera la pena. 

Pero, a pesar de los contratiempos y las caídas, cada momento compartido en esa ruta fue una pequeña victoria. Porque al final del día, no importa cuánto barro tengas en las ruedas o cuántas veces te hayas caído, lo único que cuenta es la sonrisa en tu rostro y la satisfacción de haber vivido una aventura junto a amigos que comparten tu misma pasión por la bicicleta y la diversión al aire libre. Y no incluyo las cervezas que me pierdo muchas veces.

 

(escrito por Miguel Sánchez)


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Fuente de la Canaleja


Fuente de la Canaleja


Fuente de la Canaleja


Fuente de la Canaleja


Fuente de la Canaleja


Fuente de la Canaleja


Comienzo del sendero del Eresma


Comienzo del sendero del Eresma


Comienzo del sendero del Eresma


Comienzo del sendero del Eresma


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