Cabo de Gata: de San José a Las Negras por la costa y vuelta por el interior

Salimos del mismo Hotel Doña Pakita. Callejearemos por el pueblo en dirección Norte hasta salir del mismo por el camino de cala Higuera que implica una dura subida inicial con firme algo roto  (que raro, nada más empezar subimos, esto no ocurre nunca en nuestras rutas). Un tramo muy panorámico en el que rodaremos por una antigua pista de tierra que, aunque en su día fue proyectada como carretera litoral, hoy está señalizada como ruta senderista de Loma Pelada. Al coronar podremos ver la torre de Cala Higuera a nuestra izquierda. Construida en el siglo XVI domina los fondeaderos de San José y los Genoveses. En 1847 se encontraba totalmente ruinosa, después de sufrir un incendio. A partir de 1941 pasó a depender de la Guardia Civil, que la restauró para la vigilancia de costa y, en 1960, fue enajenada y vendida a un particular.

A partir de este punto el camino se ensancha y pierde altura pasando por las ruinas de la Casa del Tomate, un cuartel de la Guardia Civil abandonado, una vieja cantera de la que se extraía bentonita, y varias calas que podremos divisar desde lo alto (Cala Grande, Cala Chica, Cala Cortada y Playa de la Galera) hasta llevarnos a la ensenada de Los Escullos, su duna fósil y el Castillo de San Felipe.

El Castillo de San Felipe, también llamado Batería de San Felipe fue construido por Carlos III en el año 1765. Esta era una de las nueve fortalezas costeras para cuatro cañones que el monarca ordenó construir desde Garrucha (Almería) hasta Manilva (Malaga) para defender las costas del reino de Granada

Atravesaremos la playa del Arco y, por la costa, llegaremos a La Isleta del Moro donde, si nos acercaremos a su mirador, podremos ver una magnífica panorámica: a la izquierda, el pueblo y sus dos formaciones rocosas adentrándose en el agua del mar, a la derecha, el fondeadero de La Isleta y, más allá, los Escullos.

Dejaremos el pueblo atrás en dirección norte hasta la carretera de Roldalquilar pasando, previamente, por la Playa del Peñon Blanco y los cortijos de Molina y de La Loma. A los pocos metros de entrar en la carretera, la abandonaremos para bajar por un sendero a la Cala de Los Toros, o también conocida como Cala del Barranco Negro, desde la que volveremos a ascender otra vez a la misma carretera. Tanto el sendero de bajada como el de subida tiene algún tramo no ciclable lo que nos obligará a un corto empujabicis.

La carretera nos llevará al mirador de la Amatista que fué en su día un puesto de vigilacia de la guardia civil y desde el que podemos contemplar los acantilados de parte de la sierra de Cabo de Gata, así como varias de las pequeñas calas que hemos ido dejando atrás y, en la lejanía, el Cerro de los Frailes, la montaña más alta del parque, con casi 500 metros de altura.

Tras otro corto tramo de carretera, la abandonaremos por una pista a nuestra derecha, adentrandonos en el valle de Rodalquilar. De origen volcánico, este valle, que tiene unos 8 kilometros de diámetro, es un antiguo cráter cuya única salida es el mar, por la playa del El Playazo a la que llegaremos por una serie de pistas y senderos que atraviesan diversos cortijos (El Campillo, Cortijada de los Hernandez, Cortijo de las Cruces, Cortijada de los Albacetes, Cortijo Colorao, Cortijada de la Ermita y Casa de las Norias) y que pasan frente a la Torre de los Alumbres, construida en 1510 por orden de Francisco de Vargas para defender las minas de Alumbre de los piratas berberiscos.

El Playazo lo podremos atravesar por la misma arena o, si no nos apetece meternos en ella, por la pista que se encuentra a sus espaldas. En ambos casos,  llegaremos al Castillo de San Ramón, originalmente batería para cuatro cañones que vigilaba el litoral comprendido entre el Cerrico Romero y la Cala de San Pedro, con cuya fortaleza cruzaba el fuego de su artillería. Su origen se remonta a 1764 y actualmente está habilitado como residencia privada.

El siguiente punto de nuestra ruta será el pueblo de Las Negras al que llegaremos por el Sendero de la Molata que parte del castillo de San Ramón y discurre por una estrecha senda sobre acantilados con espectaculares vistas hacia el sur: Playazo, Punta de la Polacra y hacia el norte: Las Negras, Cerro Negro, Cala de San Pedro y Mesa Roldán.

Comenzaremos una subida por la ladera del Cerro de la Molata que nos llevará hasta un mirador sobre un acantilado con magníficas vistas de la costa. Una vez finalizada la subida tendremos que recorrer  un tramo de unos 300 metros donde el sendero se estrecha y va justo por encima de los acantilados. Posteriormente llegaremos a un alto sobre sobre la cala del Cuervo desde donde divisaremos,  a nuestros pies, la propia cala y, más allá, la población de Las Negras con el Cerro Negro y la conocida Cala de San Pedro. La corta bajada a Cala Cuervo habrá que hacerla andando debido a la fuerte pendiente.

Un poco más adelante llegaremos a Las Negras, donde giraremos a nuestra izquierda y abandonaremos la costa para adentrarnos en el interior del parque por la carretera de Fernán Pérez. A la altura de Las Hortichuelas, nos desviamos por una pista de tierra que bordea por el sur el cerro Gallinaza. A mitad más o menos de la subida nos desviaremos por una pista que siguiendo el curso de una rambla nos llevará hasta las cercanias de Rodalquilar. Abandonaremos la rambla y comenzaremos el ascenso al pueblo, a sus famosas minas de oro y al mirador desde el que tendremos un  completa vista de las minas, el valle de Rodalquilar y, al fondo, el mar Mediterraneo.

Las zona minera de Rodalquilar tienen una largísima historia que comienza con la extracción de Alumbre, en el siglo XV, el plomo y la plata, en el siglo XIX, y a principios del siglo XX en el que se creó la primera planta de función de oro en la comarca,‘Planta Dorr’. La empresa mantuvo la explotación con éxito hasta que en 1936 las minas son incautadas y cerradas por la Guerra Civil. En el año 1956, entro en el negocio la empresa norteamericana ‘Adaro’, quien aportó la denominada ‘Planta Denver’ situada muy cerca de la ‘Planta Dorr’ y que es la que veremos a nuestros pies desde el mirador. El propio Francisco Franco en persona inauguró las instalaciones.

En el año 1966 cerró definitivamente dado que no era rentable esta explotación que sólo arrancaba 4 gramos de oro por tonelada tratada. Desde 1956 a 1966 la ‘Planta Denver’ extrajo 3.830 Kilos de oro, lo equivalente a 306 lingotes.

En plena explotación llegó a tener 600 trabajadores entre productores y directivos.

Aunque las instalaciones fueron abandonadas y se deterioraron poco a poco, la zona de las ‘Minas de Oro de Rodalquilar’ han servido como plató para películas  del cine de Hollywood. ‘¡Agáchate, maldito!’ (1971), ‘Los guerreros del sol’ (1986), ‘Indiana Jones y la última cruzada’ (1989), ‘El misterio de Wells’ (2003), ‘Zomerhitte’ (2008) o ‘Exodus: Gods and Kings’ (2014), entre otras muchas.

Tras pasar a propiedad de la Junta de Andalucía se han acondicionado sus naves para centros de interpretación y edificios administrativos del Parque de Cabo de Gata.

Pasado el mirador, y en constante ascenso, llegaremos al poblado minero abandonado de San Diego.  El poblado es una de las tres instalaciones con las que contó la empresa Minas de Rodalquilar S.A. para la explotación del oro de Rodalquilar.

Las instalaciones, que se construyeron en 1930, fueron la base de operaciones de la compañía en la zona del Cinto. Entre los edificios había varias viviendas para los directivos británicos, un laboratorio y dependencias para los trabajadores, además de almacénes, garajes y otras instalaciones auxiliares asociadas a la actividad minera de la zona.

Dejaremos atrás el poblado y continuareos ascendiendo hacia el cerro del Cinto donde encontraremos, junto a varias minas, un paso que se hizo para que los camiones pudiesen acceder hasta el centro de la extracción del mineral y optimizar el trabajo. Este tunel protagoniza un plano espectacular en la película Indiana Jones y la última cruzada en el que entra, pierde las alas y estalla, el avión nazi que persigue a los doctores Jones, padre e hijo, es decir, a Sean Connery y Harrison Ford. La parte interior se hizo en estudio con complejos efectos especiales, y para la salida del túnel se utilizó la misma entrada, pero con el fotograma invertido con el fin de que pareciese otro lugar.

Tras ver el tunel desde el exterior, creo que no es conveniente entrar pues se han  producidos varios derrumbes, nos dirigiremos al cortijo del Fraile, escenario de películas como El bueno, el feo y el malo, y famoso por el llamado “crimen de Níjar”, que tuvo lugar el 22 de julio de 1928 e inspiró la obra teatral Bodas de sangre, de Federico García Lorca.

Entre huertas, aljibes y pozos abandonados, rodamos por la antigua carretera de las minas de Rodalquilar hasta el pueblo de Albaricoques, que dejamos a la derecha para subir por la rambla de La Paniza hasta el collado de las Presillas Altas. A medio descenso hacia Presillas Bajas, una senda parte a la izquierda y se interna en el corazón de la caldera volcánica de La Majada Redonda. Este sendero  no tiene casi pendiente, pero al discurrir por la rambla y el lecho arenoso, hará que, muy probablemente, tengamos que empujar la bici en más de un tramo. Afortunadamente, a medida que nos adentremos más, se abandonará la rambla evitando varios meandros y mejorando sensiblemente su ciclabilidad.

De nuevo en el camino principal, el entretenido descenso por la rambla de la Majada Redonda termina en la carretera de Rodalquilar que dejaremos por una pista que sale a la izquierda por el barranco de La Capitana y los Cortijos Grandes que nos llevará a El Pozo de los Frailes donde se ha restaurado una monumental noria de sangre.

A la salida de esta localidad tomaremos una pista que pasando por el Cortijo de Pascual, Casa de Doña Angeles y Cortijo del Ochavo nos dejará a la entrada de San José fin de esta ruta.

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