El Parque Natural de las Hoces del Río Riaza, el embalse de Linares y el sabinar de Hornuez, desde Maderuelo 01-12-2024
DATOS DE LA RUTA
OBSERVACIONES: Ruta espectacular sin incidencias reseñables salvo que Chiqui y Carlos se pasaron de largo en el Monasterio del Casuar, donde todos comimos el plátano y no había cobertura, reagrupándonos, tras unas cuantas llamadas, en Valdevacas de Montejo. Chiqui vuelve a los ciclistas principales, desde histórico, tras venir 3 rutas seguidas. ⇒Ver descripción de la ruta realizada | ASISTENTES: (12)
caídas en la ruta: (0) pinchazos en la ruta: (0) averías en la ruta: (0) | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Pedaleando entre las Hoces del Riaza Eran las 8:45 de la mañana cuando nos reunimos en el pintoresco pueblo de Maderuelo, punto de partida de nuestra ruta. Nada más bajar del coche viene Víctor con una sonrisa sarcástica para felicitarme por la vuelta a ciclista principal y a notificarme el honor de escribir la crónica. Gracias Víctor, ¡un placer! Saludos de rigor, algunos que no veía desde hacía más de un año entre los que están Juan (todavía convaleciente de molestias digestivas), Fredy y Cesar, y presentación de José Luis. El aire fresco nos envolvía (¡Hacía un frío de cojones!), y los primeros rayos de sol prometían un día perfecto para recorrer los más de 50 kilómetros de aventura que nos aguardaban. A las 09:00h. iniciamos nuestra travesía en sentido antihorario, excepto Nicolas que por un malentendido se fue en dirección contraria. Un hombre de recursos que corrigió la ruta y en unos kilómetros se reagrupo con el resto. La ruta comenzó con una suave bajada hacia el Embalse de Linares del Arroyo, un espejo de agua rodeado de colinas verdes y doradas. Los ánimos estaban altos y el grupo rodaba en formación, disfrutando del terreno que, aunque aún no presentaba grandes desafíos, ya nos deleitaba con vistas espectaculares. El terreno arcilloso de esta primera parte hizo que el barro (alguno lo comparaba a la zona del Henares) se pegara a nuestras ruedas, aunque los charcos no dificultaban en exceso el paso. Unos mastines que cuidaban el ganado se acercaron y a algunos nos animamos a olvidarnos de dificultades y acelerar el ritmo. El terreno comenzó a ganar inclinación al acercarnos al Cerro de la Morena, el primer reto serio del día. La subida fue constante, pero las risas y las bromas hicieron más llevadero el esfuerzo. Desde la cima, a más de 1.000 metros de altitud, la panorámica era impresionante: un mar de bosques y cañones se desplegaba ante nuestros ojos. Mereció la pena el esfuerzo. Las cámaras no tardaron en salir para inmortalizar este tramo. Descendimos rápidamente por rincones tranquilos que invitaban a parar para deleitarse con el entorno. Algunos aprovechamos para picar algo. Continuamos hacia la Presa de Linares del Arroyo, donde el sonido del agua nos acompañó y reforzó la conexión con la naturaleza. Entrar en el Parque Natural Hoces del Río Riaza fue como adentrarse en un mundo aparte. Los cañones formados por el río y las paredes verticales de piedra caliza me dejaron boquiabierto. Aquí, la ruta serpentea junto al río, ofreciendo tramos revirados y largas rectas que nos permitieron disfrutar del entorno. Muchos buitres sobrevolaron el grupo, recordándonos que esta zona es hogar de una de las colonias de buitres leonados más importantes de Europa. El grupo empezó a dividirse en pequeños pelotones y yo me quedé rezagado charlando con unos y con otros. Pedaleé un buen rato con Carlos intentando conectar con los que iban delante, y en ese afán nos pasamos de largo el desvío al Convento del Casuar, un lugar cargado de historia y misticismo, sin cobertura para móviles. Nos reencontramos en el Mirador del Cerro Alto de Valdevacas de Montejo, un pequeño municipio que parecía detenido en el tiempo, al que para llegar hay que salvar una pendiente superior al 10% durante más de 2 kilómetros. Desde la salida del pueblo y después de un breve descenso tocó volver a recuperar el terreno perdido por una pista exigente hasta el Alto de Las Cabezas. El tramo final nos llevó al Santuario de Nuestra Señora de Hornuez, catalogado “Bien de Interés Cultural” en 1995, un lugar perfecto para una última parada. Rodeada de encinas, y sabinas de troncos impresionantes, ambiente sereno, ideal para hacer la foto de grupo. Lástima la fotógrafa que inmortalizó el momento. ¡Adolfo le dejas la cámara a cualquiera! Desde aquí, ruta directa a Maderuelo por un camino en descenso, lo que permitió a muchos probar las bicis y terminar con energía renovada, aunque todavía quedara una última subida de llegada. La ruta de las Hoces del Riaza, a mí que era la primera vez que la hacía, me pareció otro RUTÓN. Me ofreció una combinación perfecta de naturaleza, historia y reto físico, enmarcado en el inconfundible paisaje de Castilla. En total, completamos el recorrido en un poco más de cuatro horas, con tiempo suficiente para unas cañas, acompañadas de torreznos, tortilla de patata y pincho de oreja en la terraza del Mirador de los Templarios en Maderuelo, donde charlamos y brindamos por una jornada inolvidable, por los presentes y no presentes, y por una pronta recuperación a los que están en proceso. Sin duda, una experiencia para repetir. ¡Espectacular! (escrito por Chiqui) |
Origen de ruta, Maderuelo, con el embalse de Linares del Arroyo al fondo
Origen de ruta, Maderuelo, con el embalse de Linares del Arroyo al fondo
Maderuelo, iniciando la marcha
Maderuelo, iniciando la marcha
Maderuelo, iniciando la marcha
Maderuelo, iniciando la marcha
Maderuelo, iniciando la marcha
Maderuelo, iniciando la marcha
Maderuelo, iniciando la marcha
Cruzando el embalse de Linares del Arroyo, con Maderuelo al fondo