Vuelta por el Parque Natural del Cañón del Río Lobos, de Ucero a Hontoria del Pinar 15-12-2024
DATOS DE LA RUTA
OBSERVACIONES: Barro pegajoso nada más salir de Hontoria del Pinar que nos retrasó bastante tiempo y nos obligó a variar la ruta para ir por la vía verde hasta San Leonardo de Yagüe. Pinchazo de José Luis Martín que nos obligó a poner una cámara, tras varias hinchadas infructuosas. ⇒Ver descripción de la ruta realizada | ASISTENTES: (12)
caídas en la ruta: (0) pinchazos en la ruta: (1) averías en la ruta: (0) | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Un gran día (el mejor) con amigos El Cañón del Río Lobos es uno de los parajes más bellos y singulares de la geografía española. Llevamos ya algunos años (desde el 2011) haciendo rutas por allí (12 en total), hemos realizado 5 variantes para recorrer el cañón y sus alrededores y, tengo que decir, que todas ellas son espectaculares y que a nadie deja indiferente su paisaje y sus senderos. Sus senderos, ¡qué decir de sus senderos! Fáciles, ciclables 100%, sin apenas pendiente aunque te hacen esforzarte, en algunos tramos, por el tipo de terreno, largos y de enorme belleza. Vamos, un disfrute para la práctica de nuestro deporte. Estos sí son de los que a mí me gustan. Las previsiones nos alertaban del frío que se esperaba en esta zona tan fría de Castilla y León y que pensábamos sería mucho peor dentro del cañón. Ya habíamos tenido experiencias de frío extremo en otras ocasiones que no apetecía (al menos al que escribe) volver a vivir. El trayecto en automóvil es largo, quizás el más largo en nuestras rutas habituales de los domingos., 1 hora y 50 minutos desde nuestra urbanización, según Google. Yo no había podido dormir ni 4 horas, estaba tomando antibióticos y anti-inflamatorios, pero Adolfo conducía (mejor). Mientras iba amaneciendo, podíamos ver el paisaje blanco, de la helada que estaba cayendo, por las ventanillas y nos preguntábamos cuántos grados bajo cero haría (la furgo de Adolfo no tiene termómetro, mejor). Eso sí, no había prácticamente nubes en el cielo (mejor), si sigue así saldrá el sol y no hará tanto frío. A los pocos kilómetros de llegar a Ucero nos metemos de lleno en la niebla (¡joder! peor). Llegamos puntuales al punto de origen de ruta, esta vez en el aparcamiento que hay junto al antiguo bar del parque. No hace tanto frío como otras veces (mejor). Como siempre, nos saludamos y nos preparamos para salir. Vemos por encima de las paredes verticales del cañón que la niebla se ha disuelto completamente y luce el sol. Si bien, a nosotros no nos alcanza a dar ni un rayo al estar a la sombra de dichas montañas, la verdad es que sí nos dio un rayo de esperanza, si el tiempo se mantenía así (mejor). Hay que decir, que otro de los fantasmas del pasado en esta ruta, es el caudal del río, que, en alguna ocasión, ha llegado a sobrepasar los múltiples vados de piedra por los que hay que pasar. Esta vez el río no llevaba mucha agua (mejor). En esta ocasión recorrimos, del tirón, los 24 Km. de senderos que recorren el cañón, por su interior, desde la entrada al Parque Natural, en Ucero (Soria), y Hontoria del Pinar (Burgos), haciendo las paradas reglamentarias en los lugares de siempre (y en algunos más), parando a comer junto al Puente de los Siete Ojos. El sol seguía luciendo claro y, ahora sí, nos alcanzaba en algunos momentos del recorrido (mejor). Tengo que decir que esta vez ha sido la que más he disfrutado de este sendero, que estaba “mejor” que nunca y, creo, que el resto de estos acc’s (amigos ciclistas cabrones, para los que no se saben las siglas) disfrutaron tanto o igual que yo. En Hontoria del Pinar se sale del cañón y hacemos otra parada para comer en la antigua estación de ferrocarril, hoy convertida en vía verde. Retomamos la marcha por la pista marcada donde el terreno estaba algo húmedo debido a la conversión del hielo de la helada matutina en agua. Al poco, nuestras ruedas empiezan a recoger todo el barro del suelo hasta que se empiezan a bloquear (¡joder! peor). Con esta situación, decidimos salir de aquel infierno y tomar la vía verde, cuyo terreno no tiene este problema. Nos costó quitar el barro de nuestras bicicletas. Aquí perdimos bastante tiempo. ¡Joder! esto fue lo peor. La vía verde nos lleva, aunque con más distancia y más desnivel del previsto, a San Leonardo de Yagüe, donde debíamos enlazar con el track. Poco antes de llegar hay que reparar la rueda trasera de la bicicleta de José Luis, que para esta ocasión se había traído la antigua (sin motor). Será necesario poner una cámara para solucionar la avería. Otro retraso sobre el horario previsto (¡joder! peor). Llamo al restaurante para avisarles de que llegaríamos más tarde de lo que les había dicho. No hay problema, me dicen, llegad cuando podáis (mejor). Llegados al pueblo, por la vía verde, hay diversas opiniones de por donde seguir, cada uno tiene la suya. Miguel Ángel y su gps, de última generación, nos engaña y nos lleva a dar más rodeo de lo necesario (creo que todavía no sabemos interpretar bien las nuevas tecnologías). Otra vez que perdemos un poco más de tiempo (¡joder! peor). Si bien al final enlazamos sin problemas con el track previsto (mejor). Afrontamos la larga subida, no muy dura, que va desde Arganza a Valderrueda. José Luis en este tramo va pidiendo la hora, y es que pasar de la e-bike a la bike, a secas, es más duro de lo que creemos. El sendero de Valderrueda es otro de los que se disfruta de lo lindo. Es muy fácil, muy largo y muy bonito. Otro de los que a mí me gustan (mejor). Volvemos a entrar en el cañón poco antes de la ermita y cueva. Ya estamos acabando la ruta, pero este tramo, que ciclamos en sentido contrario a primera hora de la mañana, ahora ya no está helado y tiene un barrillo muy resbaladizo, ¡cuidadín! Una vez en la ermita de San Bartolomé, sólo queda finalizar la ruta por la pista principal que utilizan los visitantes del parque. Un tramo de trámite, sencillo y rápido. Rápido es como iba el grupo. Aquí el “ansia viva” de terminar la ruta se apodera de nosotros y nadie espera a nadie. Yo creo que se olían los chuletones, entrecottes, corderos, torreznos y otras viandas que finalmente degustaríamos en el restaurante de Ucero. Llegamos a las 15:30 al restaurante, todos “vivos y coleando”. La comida estuvo de 10, el vino no tanto (escrito por Víctor) |
Origen de ruta, antiguo bar del Parque
Cañón del Río Lobos, entre la entrada del parque y la ermita
Cañón del Río Lobos, entre la entrada del parque y la ermita
Cañón del Río Lobos, entre la entrada del parque y la ermita
Cañón del Río Lobos, entre la entrada del parque y la ermita
Cañón del Río Lobos, entre la entrada del parque y la ermita
Cañón del Río Lobos, entre la entrada del parque y la ermita
Cañón del Río Lobos, entre la entrada del parque y la ermita
Cañón del Río Lobos, entre la entrada del parque y la ermita
Cañón del Río Lobos, entre la entrada del parque y la ermita