Vuelta por la sierra del Ocejón: de Tamajón a Valverde de los Arroyos 20-04-2025

Vuelta por la sierra del Ocejón: de Tamajón a Valverde de los Arroyos 20-04-2025

DATOS DE LA RUTA


HORA DE SALIDA: 08:34
HORA DE LLEGADA: 16:00
TIEMPO DE PEDALEO: 05:21
TIEMPO TOTAL EMPLEADO: 07:26
DISTANCIA RECORRIDA: 51.5 Kms.
TEMPERATURA MEDIA: 9.4 ºC ( mín.: 2.7 ºC máx.: 18.0 ºC ).
SENTIDO DE REALIZACIÓN: habitual

OBSERVACIONES: Pérdida del móvil de Adolfo, que le hizo volver con David casi hasta el alto de la subida de El Lomo, por un terreno imposible de subida. El resto esperaron al cruzar el arroyo. Afortunadamente lo encontró. Caídas sin consecuencias. Avería de la bici eléctrica de Carlos, que se quedó sin asistencia, aunque afortunadamente consiguió arreglarla tras varias pruebas y reseteos.

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ASISTENTES: (5)

 

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Adolfo
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Carlos Gimeno
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David Verdes
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Juan Pablo
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Víctor

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pinchazos en la ruta: (0)

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Una ruta que no defrauda

Es Semana Santa y, por ello, se esperaba poca asistencia, sólo Carlos, Adolfo y yo éramos seguros. Se apuntaron también David y Juan Pablo, que adelantaron su regreso al sábado. Tamajón está lejos y hay que madrugar más de la cuenta. Había llovido bastante el sábado y la previsión anunciaba lluvias a primera hora de la mañana, al final, no cayó ni una gota.

Una vez me había preparado y desayunado unas galletas, fui a recoger a Adolfo puntualmente. Esta vez no hay nadie más de Club de Campo, por lo que comenzamos el viaje hacia el punto de origen de la ruta de hoy. Llegamos pocos minutos después de las 8 y ya ha llegado Carlos, que nos anima a tomar un café previo a ponernos en marcha. Mientras nos metíamos cafeína en el cuerpo, van llegando el resto: Juan Pablo y, poco más tarde, David, del que alguno tuvo dudas de que realmente acudiera. Cinco ciclistas pues, para intentar realizar los 51,5 kilómetros que tiene esta ruta, después de añadir un nuevo sendero, justo antes de llegar a Valverde de los Arroyos.

Tras el café, los saludos y demás preparativos, comenzamos algo tarde la marcha por las calles de Tamajón.

Tamajón es un municipio perteneciente a la comarca de la Serranía de Guadalajara, con una población de 154 habitantes, que incluye también los núcleos de Almiruete (la ruta de hoy pasará posteriormente por allí), Palancares y Muriel (población que hemos visitado en nuestra ruta de Puebla de Beleña).

Palacio de los MendozaIglesia de la AsunciónMientras recorremos la tranquila y bien cuidada calle de Enmedio de Tamajón, dejaremos a nuestra derecha el Palacio de los Mendoza, restaurado recientemente, actual ayuntamiento,  cuya fachada, de roca caliza y estilo plateresco, está bien conservada. En ella se pueden observar un amplio portón central de arco de medio punto y dos escudos, uno circular muy deteriorado y otro con las armas de los Medoza y la Cerda quienes lo mandaron construir a mediados del siglo XVI. La Casa de los Mendoza es una casa nobiliaria española, que tiene sus orígenes en la localidad de Mendoza, en la actual provincia de Álava. El palacio perteneció a la familia hasta el siglo XIX.

Al final de la calle de Enmedio, nuestra ruta nos obliga a girar a la izquierda en un cruce de calles, pero antes del giro, en este punto, nos sorprende la Iglesia de la Asunción, que aparece majestuosa frente a nosotros. Se trata de una gran iglesia construida, sobre un pequeño montículo, en el siglo XIII en estilo románico y reformada en el siglo XVI siguiendo un estilo renacentista.

Salimos del pueblo y tomamos un camino que evita un tramo de carretera por la que circularemos poco después. En este tramo de carretera podemos observar, a ambos lados, la Ciudad Encantada de Tamajón, un paisaje natural con formaciones rocosas kársticas, de calcáreas y calizas, formadas a lo largo de miles de años, en una zona de sabinar. El nombre  se debe a la similitud con la Ciudad Encantada de Cuenca.Ciudad Encantada de Tamajón

El tramo de asfalto es muy corto, desviándonos enseguida a la derecha por un camino que sale justo delante de la Ermita de la Virgen de los Enebrales, otro de los puntos de interés de nuestra ruta de hoy. Esta ermita se encuentra a menos de 2 kilómetros de Tamajón, en la carretera que va al embalse de El Vado, fue construida en el siglo XVI en estilo románico y reformada en el siglo XVIII siguiendo el estilo renacentista. En su interior se venera la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de los Enebrales, conocida como La Serrana, de gran devoción en toda la comarca. Tuvimos la suerte de que la puerta exterior estuviera abierta y pudimos ver la iglesia y la virgen a través de la verja.Ermita de Nª Sª de los Enebrales

Continuamos nuestra marcha por la GR-60, que va de la ermita dirección Almiruete y que atraviesa un bonito bosque de sabinas. Este tramo tiene buen terreno y, aunque hay varios charcos grandes que evitar, es bastante rápido, a pesar de ser todo subida suave. Llegamos a un cruce de pistas, donde la del frente nos llevaría, en bajada, a Almiruete. La de la izquierda, que es la que debemos tomar, asciende poco a poco, ganando altura de los 1.150 m. hasta los 1.377 m. de altitud, en poco más de 3 Km., hasta un collado que hay entre Cabeza de Almiruete y la Peña del Reloj (pico Almiruete). En este tramo se hacen 3 grupos, el primero en llegar al collado es Adolfo que sube sin reservarse para hacer las fotos de la ruta, el segundo Carlos y yo subiendo con calma para ir esperando a David y Juan Pablo, que se había parado a quitarse el chubasquero al constatar que no llovía. Adolfo nos hace fotos según vamos llegando.

Después del collado hay una pequeña bajada y, enseguida, un cruce de pistas. La de la izquierda continúa bajando y la de la derecha, más rota y con una barrera a la entrada, en clara subida, es la que tenemos que coger. ¿Adivináis por dónde se fue Adolfo? Efectivamente, es la séptima vez que se hace esta ruta y en todas las ocasiones ha hecho lo mismo, equivocarse, parece la película del “día de la marmota”. Con la confianza que da el ser “pareja de hecho”, le recrimino su acción, con el cachondeo general del resto.

 Afrontamos la primera subida exigente de la ruta, que tiene bastante piedra suelta, torrenteras y jaras en mitad del camino que pueden hacerte desmontar si no trazas bien. Esta subida tiene justo un kilómetro, llegando a un collado al pie del Cerro del Porrejón, con muy buenas vistas del Valle de Palancares. Como siempre, paramos para reagruparnos y hacemos la foto de rigor.

Tras el posado para la posteridad, debemos descender por un tramo, bastante roto y cerrado, hasta un pequeño arroyo que encharcaba el camino y donde había que subir un pequeño tramo, con poco agarre pero que todos hacemos encima de la bicicleta, no sin esfuerzo. Llegamos al Cerro Poyato (el nombre no me lo he inventado yo, que lo sepáis), aquí hemos vuelto a tomar la GR-60, por la que deberemos descender en un tramo “emiliano” que para nosotros es impracticable. Descendemos a pie más de la mitad de los 700 m. de “pedrera” infernal, hasta la pista que hay más abajo. En total perdemos 150 m. de desnivel (de los 1.400 m. hasta los 1.250 m.) en este pequeño tramo.

Pico OcejónAhora la pista es ancha, con tramos de subida y bajada de poca pendiente, con varios regatos de agua que tuvimos que cruzar, debido a las lluvias caídas en este último mes y medio. Estábamos recorriendo la ladera este del pico Ocejón, con sus 2.049 m., perteneciente a la Sierra de Ayllón y que a veces las nubes nos permitían ver la nieve en su parte alta y cuyos arroyos no podían llevar más agua.

Ahora debíamos cruzar el Río Seco, que de seco no tiene nada y lleva bastante agua, de hecho nunca lo he visto sin abundancia del líquido elemento, incluso en agosto. El más atrevido, Adolfo, lo cruza “a pelo” sumergiendo media rueda. David lo hace con mucho cuidado por unas piedras resbaladizas, Juan Pablo y yo cruzamos por un pseudo-puente invadido por las retamas con gran dificultad y tiznándonos el maillot, pues el tronco de los arbustos debían de haberse quemado no hace mucho. Carlos, después de evaluar las tres maneras de cruzar, se decide por el modo “adolfiano”. Aunque no tuvimos ninguna incidencia en este punto se perdió bastante tiempo y a la vuelta deberemos cruzarlo de nuevo en sentido contrario.

Tras una breve ascensión, continuamos por una larga pista (poco menos de 4,5 Km. este tramo), casi llana y , por supuesto, con algunos puntos de agua y barro, que desemboca en la carretera. Nos reagrupamos en una pequeña explanada junto a la carretera y comemos algo ya que David no aguanta más.

Pedaleamos por la carretera 3,5 Km. para coger un desvío a la derecha y coger un nuevo sendero que ya habían podido hacer Adolfo y David en la anterior ocasión. Este tramo tiene poco más de 4 kilómetros, con tres zonas diferenciadas. Al principio transcurre por un camino fácil en bajada, después gira a la izquierda y se va convirtiendo en sendero, esta parte está a la sombra y es incómoda al tener bastantes zonas de barro y estar removida por los jabalíes. El último tramo es el más chulo y más fácil, aunque aquí sufrí una caída debido a mi incompetencia para el giro “bicicletil”. Me gustó el tramo y se ha decidido dejarlo en el track habitual, a pesar de que añade algo más de tiempo a la ruta, merece la pena.Valverde de los Arroyos

El sendero nos devuelve a la carretera, a la entrada de Valverde de los Arroyos, donde tenemos una pequeña bajada, pasando por un área recreativa y luego la subida al pueblo con buena pendiente. Valverde de los Arroyos es, sin duda, uno de los pueblos más bonitos de España destacando por su arquitectura negra de pizarra. El témino municipal, que incluye también el núcleo de Zarzuela de Galve, tiene una población de 91 habitantes, se encuentra situado al pie del pico Ocejón y se incluye íntegramente en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara. En la plaza del pueblo, junto a la iglesia y una fuente de agua potable y bien fresca, paramos para comer un segundo tentempié. Merece la pena parar en este lugar y en primavera los balcones de las casas se encuentran adornadas con macetas de flores, lo que hace esta población aún más bonita (en nuestra ruta todavía es invierno en este lugar).

Chorreras de DespeñalaguaEn el municipio se encuentran las Chorreras de Despeñalagua, una cascada de más de cien metros de altura, que merece la pena visitar si se dispone de tiempo, aunque no está incluida en nuestra ruta, pues nos retrasaría en exceso. Si bien, es cierto que en algún punto de nuestra ruta se divisaba a lo lejos.

Tras la parada retomamos la marcha por las calles del pueblo, pero nos detenemos enseguida para que Adolfo saludara (¿o rondara?) a una conocida que se encontraba en el balcón de su casa. Tras unos cinco minutos de conversación, ahora sí seguimos pedaleando, siguiendo el track para salir del pueblo en la dirección correcta ya que en este tramo es habitual perderse. La salida de Valverde de los Arroyos tiene una primera y corta bajada pero enseguida “pica” hacia arriba con rampas durísimas algunas, hasta que se llega al Arroyo de la Gargantilla, que hay que cruzar. En este tramo David, que llevaba dos semanas sin montar, empezaba a dar signos de flaqueza al resentirse su rodilla. Mientras esperábamos a que llegara, discutíamos si cruzar por un vado bastante evidente pero bastane ancho o seguir el track, un poco más arriba, por otro vado más estrecho. Al final, como siempre, cada uno hizo lo que le vino en gana: Adolfo cruzó por el primero y el resto por el marcado.

A partir del cruce del arroyo la pista es llana hasta la zona marcada en los mapas como El Lomo, donde empieza la última subida dura de la jornada, de aproximadamente 1 Km. con una ganacia de 130 m. de desnivel y con el terreno bastante descarnado en varias zonas debido a las torrenteras. Se hace dura, sobre todo, poque ya llevamos bastante paliza en las piernas. En el collado nos reagrupamos todos y Adolfo, como siempre, hace alguna foto con su móvil, mientras Carlos hace lo propio con Adolfo bicicleta en alto.

Ahora toca bajar por una trialera “ibarrolense” (esta no es “emiliana” porque es más fácil) fácil al principio pero con algún tramo algo más complicado y algún mal paso. Adolfo y Juanpa hacen este tramo casi entero sin desmontar (eso dijeron) en cabeza, luego yo mismo bajándome unas pocas veces y, por último, David y Carlos, más cautos, hubo que esperarles unos minutos. Carlos reconoció que sufrió dos caídas en este tramo.

Estamos de nuevo en el Río Seco que, esta vez, sólo Juan Pablo y yo cruzamos desmontados por las piedras que lo atraviesan, el resto a lo bestia, sumergiendo la bicicleta.

Mientras esperábamos a que cruzaran los dos últimos en llegar, salta la noticia de la jornada: Adolfo se da cuenta de que ha perdido el móvil en la bajada pedrera. “Tengo que encontrarlo como sea si no perderemos todas las fotos de la ruta”. Davizín, como siempre solícito, se ofrece a acompañarle, mientras los otros tres decidimos esperarles. Tengo que reconocer que me dio una pereza inmensa tener que subir el tramo pedregoso que acabábamos de bajar y creo que alguno más compartió mi sentimiento. Bueno, tampoco hacía falta que subiéramos todos, ¿no?. Eran ya las 2 de la tarde, debido a la dureza de la ruta, del terreno blando y de las múltiples paradas.

No llevábamos ni cinco minutos de espera cuando Carlitos Gimeno nos informa de que no le funciona el controlador de su e-bike y que tendrá que hacer el resto de la ruta sin asistencia. ¡No fastidies! ¡Arráncalo Carlos! ¡Por Dios! Lo resetea  varias veces, pero no va. Nos despedimos de él ya que decide adelantarse en previsión de lo que le esperaba. “Ya te cogeremos y si no, nos esperas en el bar”. Juan Pablo y yo nos quedamos sesteando junto al arroyo. A los pocos minutos aparece de nuevo Carlos. “¡Ya funciona! No sé lo que he hecho, pero ya funciona, así que me quedo con vosotros para terminar la ruta todos juntos”.
Pasaba el tiempo esperando sin noticias, pues no había cobertura. Yo, por mi parte, decido mandar un mensaje de whatsapp a mi familia para que no me esperaran para comer. Mensaje que se enviaría en cuanto pilláramos algo de cobertura. Han pasado ya 50 minutos desde que los “buscadores” se habían marchado y por fin aparecen. “¿Lo habéis encontrado?”. “Sí, lo ha encontrado Adolfo, pero ha tenido que subir casi al mismo collado”. Genial, nos ponemos en marcha de nuevo.

Ahora debemos recorrer 3 Km. de pista, con sube y baja suave, después otros 3 Km. de carretera, casi todo bajada, hasta la entrada a Almiruete. Pero nada más empezar, en la primera subida, David sufre calambres que le hacen desmontar. Está reventado, no me extraña. En dos minutos ya estaba encima de la bicicleta aparentemente recuperado y, a su paso, esperado sobre todo por Adolfo, consiguió recorrer este tramo sin mayor dificultad.

El trazado de la ruta nos hace salir de la carretera a la derecha para llegar a Almiruete por la parte de arriba. Nuevo reagrupamiento y Adolfo se adelanta para hacer alguna foto. El principio de la bajada está algo suelta y con surcos que hacen descabalgar al bueno de David, teniendo que tirar su bici al suelo para no caerse (menos mal). Llegamos a Almiruete, ya queda poco.

AlmirueteAlmiruete, como ya se ha dicho, pertenece al municipio de Tamajón y está situado en la falda sur de la Peña del Reloj (también llamado pico Almiruete). En el siglo XIII se repobló con campesinado de la zona de los Picos de Urbión y de la Sierra de la Demanda, que se mezcló con la población autóctona. Aunque está muy reconstruído, aún conserva su fisonomía de siempre y es un ejemplo de la arquitectura negra y de la arquitectura dorada, combinación de la pizarra con piedra caliza y canto rodado. Habitualmente solemos pararnos junto a la iglesia, pero esta vez tenemos ganas de terminar.

Nos queda la última subida de la ruta, de poco más de 1 Km. y 120 m. a salvar. Juanpa y Carlos tiran para delante, Adolfo se queda atrás con David, que va muerto, y yo en tierra de nadie, animando a David. Llegamos al cruce de pistas del principio de ruta, final de la subida, nos volvemos a reagrupar. Ya solo queda bajar a Tamajón por el sendero de la GR-60, cuya entrada no es fácil de encontrar, debemos ir atentos al GPS.

La entrada al sendero no se ve muy bien y el suelo está lleno de palos y ramas de los árboles. Tras unos momentos de duda por parte de algunos, les convenzo de que merece la pena ya que seguro mejorará y además se acorta versus seguir hacia la ermita en sentido inverso a la ida. El sendero va mejorando según nos adentramos en él y es espectacular y fácil. Yo lo disfruté un montón, no hay que perdérselo, que no venimos tan a menudo a estos lugares. Adolfo me reconoció que en este tramo iba tan mal que no pudo disfrutarlo. No me extraña después de la paliza para recuperar su teléfono.

El sendero desemboca en la carretera. Ya se ve Tamajón, sólo queda llegar por un sendero paralelo a la carretera, directos a la iglesia. David dice estar tan cansado que decide hacer este pequeño tramo por la carretera. El resto pasamos rozando la iglesia.

A las 4 de la tarde llegábamos a los vehículos, aparcados junto al bar-restaurante Área de Tamajón. Teniendo en cuenta las horas que eran, decidimos quedarnos a comer allí, excepto David que prefirió irse directamente a casa. Tuvimos dudas de que la cocina no estuviera ya abierta, pero no fue así y pudimos degustar unos ricos torreznos, huevos con chorizo de olla y lomo de orza, y una ensalada de tomate con atún y cebolla, café, copa y puro…. Bueno, la copa y el puro lo dejamos para otro día.

En resumen, una ruta espectacular, de las que no hay que perderse nunca, ya que es un privilegio a nuestro alcance poder disfrutar de esta remota zona de nuestra geografía.

Siento el “ladrillo” de crónica, pero me apetecía contar todo lo ocurrido y documentar los lugares de paso, intentando que el que lo lea se sienta como si hubiera estado allí.

(escrito por Víctor)


nº fotos/pág.

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Cafés previos a la ruta, en Tamajón


Calle de Enmedio de Tamajón


Calle de Enmedio de Tamajón


El Palomar, a la salida de Tamajón


Ciudad Encantada de Tamajón


Ciudad Encantada de Tamajón


Ermita de Nuestra Señora de los Enebrales (Tamajón)


Ermita de Nuestra Señora de los Enebrales (Tamajón)


GR-60 entre Tamajón y Almiruete


Pista de la Peña del Reloj


nº fotos/pág.